Henry Pacheco
El pasado 7 de octubre ha sido sin duda una fecha memorable para la lucha palestina por sus derechos y su libertad; lucha que siendo contra el genocida e intransigente sionismo israelí forzosamente tenía que ser violenta. Y, es más, pronto podría esa fecha resultar también memorable para el mundo entero si las tensiones y amenazas de guerra que hizo estallar brutalmente ese día, aumentan en alcances y en intensidad, dada la soberbia racista del sionismo y su respuesta brutal e indiscriminada, tal como hemos visto y condenado por décadas y seguimos viendo a diario.
Y es que esa masiva e inesperada respuesta guerrera de Hamas en nombre de todo el pueblo palestino se produce mientras el estado sionista de Israel esperaba continuar con sus ya 75 años de impunes matanzas genocidas de civiles, de asesinatos de niños, de destrucción de poblados y ciudades, de robos de tierras, de encarcelamientos arbitrarios y de agresiones criminales contra la inerme población de la humillada y masacrada Palestina. Agresiones y crímenes que Israel ha proclamado siempre en forma abierta y que Occidente, es decir, que tanto Estados Unidos (EU), promotor, armador y financista de sus crímenes, como Europa, cómplice dócil y servil suya, se encargaban de embellecerlos y de celebrarlos. Imposible recordar aquí y ahora todas esas agresiones. Me limitaré solo algunas.
El 27 de diciembre de 2008 lanza la Operación Plomo Fundido, que deja 1400 palestinos muertos; El 14 de noviembre de 2012 le toca a la Operación Pilar Defensivo, que elimina a 170 palestinos; el 8 de julio de 2014 es la Operación Margen Protector, que liquida a 2.551 palestinos; y el 20 de mayo de 2021 en un choque con Hamas mata 232 palestinos.
Nada de esto, de ningún lado, puede compararse con el enorme y sorpresivo ataque de Hamas el pasado 7 de octubre ni con la tardía pero gigantesca y sostenida respuesta sionista, ya que, aunque difieren en su forma y en sus objetivos, lo cierto es que una y otra se mantienen y se diversifican. La de Hamas, por la liberación de Palestina y por el derecho de ésta a disponer de un Estado libre y propio; y la de Israel por lograr la destrucción de Gaza y la desaparición definitiva del pueblo palestino.
El contundente y masivo ataque de Hamas el 7 de octubre se realizó con empleo de armas letales que mataron a centenares de israelíes, fuesen militares o civiles, con despliegue de miles de cohetes y misiles, unos 7.000, mucho más potentes que los casi inofensivos cohetes caseros de siempre; todo ello acompañado por la simultánea revelación de la existencia de una reciente y enrevesada red de túneles, enorme red, que usa buena parte del subsuelo de Gaza, red en la que Hamas encerró a 200 israelíes capturados para que sirvieran de rehenes.
Este ataque de Hamas, fue producto de un largo proceso de preparación, de meses de práctica en Gaza y de uso de armamento. ¿Cómo explicar entonces que el siempre vigilante estado israelí, armado hasta los dientes, siempre listo para masacrar palestinos, carente de escrúpulos y dueño de un siniestro servicio de espionaje, el Mossad, considerado uno de los más eficientes del mundo, no se hubiese dado cuenta de esto? Y, es más, ¿cómo entender que, habiendo sido informado con antelación por la CIA y por el gobierno egipcio de la inminencia de ese ataque, Israel tampoco hubiese hecho nada y hubiese esperado 5 horas para responder, lo que le costó unos 1.500 israelíes muertos? ¿Escogió acaso soportar el ataque, subestimando su alcance, para luego aplastar al atacante con su respuesta, que sin la menor duda sería mucho más fuerte y más letal que el ataque de este?. ¿O es que en esto estuvo implicado ya EU? De todas formas, lo cierto es que hasta ahora ese confuso asunto no ha sido aclarado por ninguna de las partes y al parecer el acelerado desarrollo militar del conflicto y los rasgos que va tomando parecen haberlo dejado atrás sin que hubiese ningún intento de aclararlo.
Pero, en todo caso, Israel respondió luego con su usual brutalidad racista. Netanyahu declaró que Israel estaba en guerra con Gaza, que masacraría a todos sus habitantes, y que una vez despoblada de esas bestias, poblaría a Gaza con seres humanos, esto es, con judíos israelitas. Hizo cortar agua, luz y energía y bombardeó pueblos, y en ellos, hospitales y escuelas, matando a miles de palestinos, todos civiles, por supuesto: hombres, mujeres, niños y ancianos, sanos y enfermos, hasta que la masiva protesta mundial contra ese gigantesco genocidio lo obligó a matizar en cierta medida su amenaza. Y así ha mantenido su guerra genocida contra Gaza. Ordenó a la población que había quedado sitiada por su agresión que evacuara Gaza hacia el sur porque iba a bombardear la Franja. Eso llevó a cerca de un millón de habitantes de Gaza, la mitad de los cuales eran niños, a huir hacia el sur, porque Egipto no quería refugiados. Así, desesperados, en medio de misiles y constantes bombardeos israelíes, sin agua ni alimentos, ni electricidad ni refugio, esto es, en medio de una horrenda crisis humanitaria: hambre, oscuridad, enfermedades y muertes. Ya Israel había asesinado a más de 1.800 palestinos, herido a miles y desplazado a más de 400.000. Y esto no ha cesado de aumentar y empeorar desde entonces.
La otra cosa que no pareció al principio llamar mucho la atención fue que al producirse el ataque de Hamas a Israel y la inevitable aparición de EU en ese Cercano-Oriente petrolero, el comportamiento hipócrita que éste asumió más parecía el de una suerte de mero asesor y moderador de Netanyahu que el de quien, a fin de cuentas, como amo que todavía se cree del mundo, no podría ser sino el promotor y eje del problema. Problema que, para él, sólo podía ser asociado al control del petróleo de ese Cercano y Medio Oriente que le es fundamental desde hace ya más de siete décadas.
El protagonismo de EU y su interés esencial en el manejo y control absoluto del conflicto, Hamas-Israel, enmascara el intento estadounidense de atacar a Siria e Irán y apoderarse del Cercano Oriente. No se trata de Hamas- explica ante la rápida llegada de 2 beligerantes portaaviones yankees al Mediterráneo oriental- pues no se mueven 2 gigantescos portaaviones con más de 10 barcos de guerra y miles de soldados solo para atacar a unos milicianos.
El progreso de un mundo multipolar y una Eurasia interconectada con Rusia, China e Irán liderando el proceso, es una amenaza grave para el poder global de EU, por lo que en respuesta provoca conflictos regionales en lugares críticos desde el punto de vista geopolítico. Y sus estrategas creen que Rusia tiene inmovilizado su ejército en Ucrania, por lo que no puede apoyar a Siria. Así, con esa política aventurera, EU está arriesgando que se llegue a desencadenar una nueva Guerra mundial, esta vez nuclear. Sus estrategas son conscientes de que EU está perdiendo poder militar y de que la guerra de Ucrania ha dejado a la OTAN prácticamente sin armas. Pero también creen que por eso nunca tendrá tanto como el que todavía tiene ahora. De modo que prefiere que esa guerra sea ya y no en un futuro próximo, pues en ese caso su derrota es segura mientras que si la desencadena ahora podría apoderarse de Irán y obtener el petróleo que con urgencia necesita. Es eso lo que argumenta la subsecretaria de Estado, la Nuland, la del Maidán.
Lo mortal para EU es que China y Rusia, hace ya casi un año, para despecho de EU e Israel, lograron entre esos países islámicos acuerdos de paz y convivencia, en especial entre Irán y Arabia Saudita, mostrando además el peso de nuevos países incorporados al BRICS, de los cuales cinco son islámicos y forman parte de ese Cercano Oriente. Eso sí que era y es mortal para EU, que desde entonces ha estado haciendo todo tipo de esfuerzos y maniobras para sabotear esos acuerdos. Y todo indica que ya decidió que, como la guerra de Ucrania está agotada y casi perdida, necesita por medio del sionista Israel convertir de nuevo al Cercano y Medio Oriente en una feroz zona de guerra, a riesgo de que esos conflictos provocados degeneren pronto en guerra nuclear.
De allí que hubiese poca duda de que EU fuese el promotor solapado de la terrible guerra que desde el pasado 7 de octubre enfrenta de un lado a Hamas y a los palestinos, decididos a conquistar su libertad y su estado soberano, y del otro al genocida estado sionista de Israel, decidido por su parte a destruir a Gaza y a exterminar, en el mejor estilo nazi que es también el suyo, a toda esa población “inferior, de monstruos subhumanos” para poblarla con “superiores” sionistas israelíes. Pero en las semanas de violencia terrible transcurridas desde el sorpresivo 7 de octubre, todo se ha ido aclarando y hoy no queda duda de que el promotor de esta otra guerra, siempre con el mismo estilo irresponsable, cobarde e hipócrita con que ha promovido y financiado la de Ucrania, ha sido EU, que solo sabe promover guerras y criminales ruinas de países.
Es cierto que el plan de Hamas tardó tiempo en cobrar forma y que dejó huellas perfectamente visibles tanto para EU como ara Israel. Y lo que no se sabe hoy . Por que Israel no tardó en responder, lo hizo casi de inmediato. Y la prueba de ello es que los primeros muertos israelíes, un total de cerca de 1.600, no fueron todos civiles, como se dijo al principio para fingir su sorpresa inicial, pues se ha demostrado que más de la mitad de ellos eran militares israelíes y policías. Eso prueba que Israel estaba bien preparado y que respondió casi de inmediato con sus fuerzas armadas. Esa mentira se derrumbó muy pronto.
Pero la más monstruosa y falsa de todas fue la de los 40 bebés que, en su ataque inicial, el mismo 7 de octubre o poco después, habrían sido decapitados por Hamas. Esto fue una mentira horrenda y miserable forjada por Israel para mostrar desde el inicio a Hamas y a los palestinos como bestias monstruosas capaces de cometer crímenes semejantes. La patraña israelí ha sido descubierta en cosa de días porque, además de asesino de civiles y especialista en estos bulos, es también abierto y reiterado asesino masivo de niños palestinos de todas las edades. Así, ocurrió que mientras bombardea Gaza y masacraba a más de 1.500 palestinos, incluidos por supuesto varios centenares de niños, un medio israelí cercano a Netanyahu fraguó y puso a circular la falsa noticia de que en un atentado contra Kzar Aza, Hamas había degollado a 40 bebés israelíes. El medio que publicó e ilustró con imágenes el criminal bulo muestra en efecto que en ese ataque hubo muchos muertos y entre ellos niños. Pero no hay en la publicación el menor indicio de esos fantasiosos bebés degollados.
De inmediato, Haaretz, el diario israelí, seguido por el inefable New York Times reproducen la noticia, que habla también de muchos muertos, lo que, por supuesto, incluye niños, pero sin que aparezca ningún bebé degollado, porque no los hubo. La mentira corría el riesgo de quedar descubierta y desinflarse. Pero entonces aparece Biden. Sí, el irresponsable, corrupto y guerrerista presidente actual de EU actuando esta vez como un vulgar periodista mercenario, olvidando que él es el jefe y patrón de todos ellos. Biden llama a la prensa yankee para denunciar la monstruosa e insólita degollación de bebés israelíes cometida por Hamas, hecho “que lo horroriza”. Y con una hoja impresa en la mano, le grita a la prensa que esa hoja, que no muestra, tiene fotos de los 40 niños degollados. Como es de esperar, la noticia vuelve otra vez al primer plano. Pero dura poco. Porque la verdad es que en ella no hay fotos, ni nada. Es otra pifia de Biden, desesperado por apoyar a Israel y por acusar de criminal a Hamas. Y es la propia Casa Blanca la que una hora más tarde lo tiene que desmentir.
Biden hizo una vez más el ridículo. La difusión de falsas noticias para causar escándalo es una vieja norma de guerra, pero combinando falsa información con fotos falsas o sacadas de otro contexto, se han hecho mucho más frecuentes en la actualidad, Aún no se olvida la de Bucha, forjada por el gobierno ucraniano con apoyo técnico y político de EU para acusar a Rusia y que el apresurado papa Francisco y el indigno Jefe nominal de la ONU, el portugués Antonio Guterres, siervo de EU, fueron los primeros en usarla para condenar sin base a Rusia. Todos sabemos que el especialista en matar y degollar niños, y en este caso sin depender de falsas fotos porque no las necesita, es Israel, que lo ha hecho en numerosas ocasiones sin la menor intención de ocultarlo. Las razones de Israel son claras. Su objetivo declarado es exterminar a los palestinos, lo cual no puede realizar sino mediante matanzas sucesivas para que no se las compare con obra de exterminadores nazis. Pero siendo la población palestina más numerosa y su tasa de natalidad más alta que la israelita, la cifra de niños palestinos, considerados por Israel como enemigos, es siempre muy grande, es de cerca de la mitad en cualquier censo, y si de lo que se trata es de exterminar un pueblo de alta natalidad en sucesivas matanzas, la cifra de niños que deben morir tiene que ser, y de hecho lo es, siempre la más elevada. Por cierto, después de la payasada de Biden, Israel reconoció que no tenía ninguna prueba real del degüello de los bebés y abandonó la falsa noticia.
Pero lo que no abandona en lo más mínimo es la continuación del bloqueo y de la masacre genocida y abierta del pueblo palestino iniciada el mismo 7 de octubre. Israel continúa día tras día y hora tras hora lanzando ataques terrestres y aéreos, atacando centros poblados, destruyendo escuelas y hospitales, expulsando y matando palestinos de Gaza y Cisjordania y disparando bombas y misiles. El hipócrita EE.UU, que quiere mejorar su decadente imagen, por boca de su presidente y de los principales líderes de la Casa Blanca, no se cansa de pedirle a Israel que disminuya sus ataques. Pero con intolerancia que linda con el desprecio, Netanyahu responde que continuará la guerra contra los palestinos hasta lograr en forma plena su objetivo: destruir y despoblar Gaza y Cisjordania. Hasta ahora, incluso su indiferencia es total ante el rechazo mundial que ha desatado al fin este horrendo genocidio en el que hasta el presente la cifra de palestinos muertos supera los 20.000 y la de niños muertos pasa ya de 10.000.
Palestina toda será LIBRE E INDEPENDIENTE