“La casa ardió porque era de madera o porque alguien le prendió fuego” Kara Murza
- LA SUBVALORACIÓN DE LOS FACTORES DESESTABILIZADORES DEL CAPITAL GLOBAL EN LA ECONOMÍA DE LA TRANSICIÓN REVOLUCIONARIA.
Las agresiones a la Revolución Bolivariana en el terreno económico por parte de la burguesía financiera nacional e internacional, han sido definidas por la dirigencia Chavista como guerra económica. Este concepto es ridiculizado en los grandes medios de comunicación y centros académicos liberales, aduciendo la imposibilidad de poderes exógenos para incidir en el curso de una economía hasta colocarla en situación de profunda crisis. Muchos, incluyendo a diversas izquierdas Latino Americanas ven en este concepto de guerra económica una excusa para encubrir los propios errores e incapacidades del proceso revolucionario venezolano.
En respuesta a las anteriores visiones, en el presente capítulo demostraremos la existencia de la guerra económica como dispositivo y estrategia de desestabilización, aplicada no solamente en contra de la Revolución Bolivariana, sino también a todas aquellas experiencias revolucionarias que han accedido al poder, ya sea por la vía de la insurrección o de las elecciones.
Comencemos examinando la llamada economía del comportamiento, esta área del conocimiento ha ganado una gran relevancia en las últimas décadas. Ha entrado en escena desafiando la hegemonía económica neoclásica, la cual afirma que los agentes económicos actúan de forma racional en busca del máximo beneficio, por el contrario, los estudios desde la economía del comportamiento han demostrado que nuestros juicios están influenciados o condicionados por factores cognitivos, emocionales y narrativas sociales que afectan las decisiones económicas de los individuos, la mayoría de las veces sin tenerlo consciente. El comportamiento humano se escapa de los presupuestos del mercado.[1]
De manera inesperada en el año 2017, El economista estadounidense Richard Thaler obtuvo el Premio Nobel de Economía por su investigación sobre las consecuencias de los mecanismos psicológicos y sociales en las decisiones de los consumidores y los inversores. Thaler establece una relación entre psicología y economía, y muestra que las decisiones financieras –ya sea la simple compra en un supermercado o una multimillonaria inversión– no son siempre racionales, y sí profundamente humanas.[2]
Sobre el premio otorgado a Thaler, el jurado argumentó como «Thaler ha contribuido a expandir y refinar el análisis económico al considerar tres rasgos que sistemáticamente influyen en las decisiones económicas: la racionalidad limitada, la percepción de justicia, y la falta de autocontrol».[3]
Por su parte la prensa destacó su trabajo de investigación afirmando, “Lo hizo, para volver más arduo el desafío, desde la Universidad de Chicago, la meca de la economía neoclásica tradicional, donde reinaba el «homo economicus» racional. Durante años sus estudios fueron objeto de burla y desprecio. Uno de sus más feroces críticos fue un habitual compañero suyo de tenis, el economista Eugene fama, que ganó el Nobel en 2013 (uno de los chistes más conocidos en la profesión de Adam Smith y John Maynard Keynes es que la Economía es la única ciencia donde dos personas pueden ganar el Nobel por decir exactamente lo contrario).”[4]
Años atrás en el 2002, el sicólogo Israelí Daniel Kahneman conjuntamente con Vernon Smith, ganaron el premio Nobel de economía por haber integrado aspectos de la investigación psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre. Kahneman ha sido la referencia para el trabajo posterior de Thaler.
Ya Keynes[5] había advertido sobre la sicología de los negocios, sobre los factores de confianza o desconfianza como determinantes en el declive de los ciclos de crecimiento económico, así mismo se refería reiteradamente al concepto de expectativas optimistas o pesimistas. La crisis de la eficiencia marginal de las inversiones – Rentabilidad esperada – no emergía como producto de la escasez de capital, sino de la fluctuación en las inversiones a partir de las expectativas. Al respecto afirmaba:
Es propio de los mercados de inversión que cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violentas y aún catastrófica bajo la influencia de los compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores que están más interesados en las provisiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.[6]
A continuación advierte sobre “la indigerible y desobediente psicología del mundo de los negocios”:
No es tan fácil resucitar la eficiencia marginal del capital estando cómo está determinada por la indigerible y desobediente psicología del mundo de los negocios es el retorno de la confianza para hablar en lenguaje ordinario el que resulta tan poco susceptible de control en una economía de capitalismo individual. [7]
Pensemos ahora en el impacto que tiene en los procesos económicos, las reacciones emocionales no racionales, pueden llevarnos a abstenernos de invertir, o a la generación de compras nerviosas, o el pánico de querer vender la acción o la moneda por una información que emocionalmente valoramos como cierta. Las consecuencias en la economía pueden y de hecho son devastadoras en estos casos.
Y que ocurre ¿si esta reacción emocional es mediada, condicionada por un centro estratégico de intereses ya sean especulativos, políticos o monopólicos?. El desastre provocado tendrá sin duda un gran beneficiado.
Sobre las reacciones no racionales, Daniel Kahneman explica lo siguiente:
- Tenemos dos vías de pensamiento: el Sistema 1, rápido, intuitivo y emocional, y el Sistema 2, más lento, esforzado y racional.
- El primero proporciona conclusiones de forma automática, y el segundo, respuestas conscientes. Los políticos y los publicistas se dirigen al Sistema 1 (emotivo, no racional). Planean las cosas de forma eficaz para sus fines.
- El Sistema 1 genera la mejor historia entre las posibles con la información de la que dispone, una historia con coherencia interna.
- Lo malo es que nos resulta difícil aceptar nueva información que sea incompatible con la historia que uno se ha formado. Ocurre constantemente. La gente es muy sensible a las presiones y a las consecuencias inmediatas que puedan tener. Los efectos a largo plazo son más abstractas y más difíciles de tener en cuenta. [8]
Esta condición, de juicios y decisiones que están influenciados por factores cognitivos, emocionales y sociales desde los poderes del capitalismo global, los cuales inciden a su antojo en las mentalidades y conductas de los usuarios, inversionistas y ciudadanos configura el campo de lo que definimos como “guerra económica.
Un tipo de guerra que encaja perfectamente como un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad, así el concepto de fuerza en las nuevas guerras, no esté referido al choque físico y vivo de contendientes que producen efusión de sangre, como lo valoraban de manera premonitoria Alvin y Heidi Toffler en su libro las guerras del futuro[9], en él logran captar el papel creciente de la geo información como referente de las nuevas guerras, y la superación de los estrechos marcos de comprender la guerra en lo geo militar.
El poder del capitalismo global se usó durante el siglo XX de manera intensiva y en diversas formas de guerra económica contra las revoluciones en curso, fue notoria la desestabilización en el Chile de Salvador Allende, el bloqueo a la revolución Cubana, el cerco económico contra la revolución Sandinista y contra el poder soviético a finales de 1989. Hoy se organiza la guerra económica contra la Revolución Bolivariana, buscando obligar al pueblo Venezolano a acatar la voluntad imperial.
Pero en este siglo XXI, hay un nuevo elemento que permite al capital fortalecer sus dispositivos de guerra económica, este es la existencia de las redes sociales y de Blogueros o influenciadores como se les define actualmente. Estos elementos son un indicativo de la existencia de un nuevo tiempo y flujo en la interactividad humana a nivel planetario. Pero ¿qué es lo nuevo?. La humanidad históricamente se ha configurado desde redes sociales globales, la condición de internacionalización que supuso la fase mercantilista del capitalismo así lo exigía.
Lo nuevo es la existencia de Internet y su configuración como una esfera que pone en contacto a millones de personas en tiempo real, asistimos a la configuración de un nuevo soporte tecnológico de la interactividad humana y a una acelerada transformación del sentido del espacio y el tiempo.
El poder de las redes y su incidencia en lo económico puede ejemplificarse con lo ocurrido durante el mes de febrero del año 2018. La modelo y celebridad Kylie Jenner la cual tiene 128 millones de seguidores en sus redes sociales, generó el desplome del valor en la bolsa de la empresa Snapchat, la cual es una aplicación de mensajería con soporte multimedia. La modelo publicó: «Pues… ¿hay alguien más que no entre en Snapchat? ¿O es solo cosa mía? Qué triste», luego añadió «Aun así todavía te quiero, mi primer amor», refiriéndose a su predilección por esta red social. En cuestión de horas Snap había perdido 1.300 millones de dólares en capitalización de mercado.[10] Su comentario en apariencia ingenuo[11]y sin la intención de afectar a esta empresa, generó un verdadero colapso financiero, es un ejemplo claro del poder que tiene un influenciador de interferir en los ciclos financieros.
Otro ejemplo de influenciadores y su acción dirigida como ataque a la estabilidad de una economía está en el incidente presentado entre el Banco Mundial y Chile. El Banco Mundial denunció que su propio ranking de competitividad Doing Business perjudicó intencionalmente a Chile por motivos políticos.
Durante el segundo gobierno de Michele Bachelet (2014-2018), un funcionario del Banco Mundial manipuló la información sobre Chile, haciendo que en un indicador de competitividad como la facilidad para pagar impuestos pasara del lugar 33° al 120° entre 2015 y 2016, este hecho trajo implicaciones en la inversión extranjera y la confianza en el país.
Durante el mes de febrero de 2018 el economista jefe del Banco Mundial Paul Romer, en una entrevista con el periódico Wall Street Journal afirmó: «Le quiero solicitar perdón a Chile y cualquier otro país sobre el que hayamos entregado una visión incorrecta», también informó que el Banco Mundial cambió varias veces la metodología de su reporte de forma injusta y engañosa, por lo que ahora tendrán que recalcular el ranking de competitividad durante los últimos cuatro años, también dio a conocer que la clasificación chilena en los ranking ha sido «potencialmente contaminada por las motivaciones políticas del personal del Banco Mundial». Posteriormente trascendió a la prensa la responsabilidad de funcionarios del Banco Mundial, de nacionalidad Chilena y vinculados a la derecha de Sebastián Piñera.
Los juegos especulativos en la economía global es parte de la esencia del capitalismo financiero, la actuación intencionada de poderes económicos para desestabilizar y hacer colapsar economías, son parte de la contaminación política de los ciclos económicos. Pero nos interesa destacar aquí la fragilidad de las economías “nacionales”, para resistir este tipo de ataques.
Un ejemplo sobre el poder de un ataque especulativo dirigido a vulnerar la estabilidad de una moneda, lo podemos apreciar en la operación que el inversionista global George Soros desarrolló contra la libra esterlina el 16 de septiembre de 1992, generando un derrumbe que forzó su devaluación, cayendo 25% con respecto al dólar y 15% contra el marco alemán. El fundador de la empresa Quantum Funds, una administradora de fondos, fue uno de los principales actores que causaron esta devaluación.
El sistema de cambio británico en 1992 consistía en establecer tipos de cambio fijos con bandas de flotación, en el caso de Reino Unido, de hasta un más o menos 6%, esto significa que la moneda no podía apreciarse o devaluarse más de esa proporción. Para lograrlo los bancos centrales contaban con dos mecanismos: compra/venta de divisas o movimientos en la tasa de interés. No obstante, el mercado sabía que la libra esterlina estaba sobrevaluada contra el marco alemán, aunque nadie mejor que Soros supo aprovechar esto.[12]
Soros comenzó su ataque especulativo, vendió sus libras y comenzó a comprar marcos alemanes. El 16 de septiembre de 1992, el miércoles negro, los mercados abrieron en Londres, la batalla comenzaba: en cuestión de minutos millones de libras esterlinas eran vendidas, por lo que su precio comenzó a caer. El Banco de Inglaterra trató de actuar, comprando mil millones de libras, pero esto no causó ningún efecto en el mercado. Antes del mediodía el Banco lanzó otra medida, aumentó las tasas de interés 5%, al moverlas de 10 a 15 por ciento. La medida más que calmar atemorizó al mercado que supuso que algo no andaba bien. Lo único que detuvo la masacre a la libra fue que a las 7:30 p.m. se anunció que el Reino Unido adoptaba un tipo de cambio flexible, lo que llevó a la libra a depreciarse más de 10% en cuestión de horas. [13]
Soros apalancó una gran cantidad de dinero desde su fondo de inversión, el objetivo era apostar a la caída de la libra esterlina, un comentario del presidente del Banco Central Alemán levantó la sospecha sobre la capacidad de los británicos para mantener estables los tipos de cambio de su divisa, esta fue la oportunidad para Soros, quien vendió en operaciones de corto plazo el equivalente a 15.000 millones de libras esterlinas y compró su equivalente en marcos Alemanes, cuando la moneda Británica cayó en picada y arreció la tempestad en los mercados financieros, Soros jugó a la inversa comprando libras esterlinas, por esta operación tuvo una ganancia 15 veces mayor a lo invertido y ganó el neto de 1.500 millones de dólares.
Lo particular en nuestro contexto Latino Americano es que el tradicional mundo de la especulación financiera es instrumentalizado políticamente y convertido en arma contrarrevolucionaria. No basta la calidad o coherencia en la política económica de un país para conjurar estos ataques, ataques que como lo hemos afirmado son canalizados por las estrategias de contra revolución.
En los dispositivos de guerra económica como dispositivo de desestabilización y fractura política, hay ataques directos y visibles, como por ejemplo el corte de financiación o bloqueo comercial acometido contra el proceso de Unidad Popular de Allende en Chile, el bloqueo contra la revolución Cubana, así como el bloqueo implementado contra Venezuela. Pero los dispositivos de mayor impacto desestabilizador son los desarrollados de manera sigilosa contra la estabilidad de la moneda, la cual al devaluarse genera el efecto de transferencia hacia los precios, elevando la inflación, cuando el gobierno popular trata de reaccionar imponiendo control de precios, sobreviene el desabastecimiento. Estas situaciones son presentadas inmediatamente como incapacidad de los gobiernos y así la mayor de las veces es percibida por los ciudadanos quienes no alcanzan a entender el complejo engranaje de ataque intencionado que está en ejecución con el objetivo de hacer colapsar los procesos de ruptura con la cadena imperial. Veamos como aconteció este proceso en Chile de 1970 y en la Unión Soviética en 1989.
Hugo Fazio economista chileno y vicepresidente del Banco Central de Chile durante el gobierno de Salvador Allende, narra los diversos hechos de desestabilización a partir del corte de la línea de financiamiento por parte de los bancos privados estadounidenses, lo cual afectó el comercio exterior chileno. “Luego vino el proceso de desabastecimiento de productos básicos, a pesar que la producción chilena nunca disminuyó, el desabastecimiento estuvo ligado a un gran proceso de acaparamiento de productos, cosa que quedó inmediatamente al descubierto, después del golpe, ósea, después del golpe inmediatamente el tipo de bienes que no existían, existían. Eso quiere decir que hubo especulación, que en cierta medida se apoyó en una cosa de masas (…) porque cuando hay temor de desabastecimiento, se produce una gran presión por adquirir esos tipos de bienes”.[14]
Fazio complementa esta afirmación diciendo, “Afectaban artículos de primera necesidad, pero se basaban fundamentalmente en la especulación. Si uno sigue los datos, por ejemplo de la producción industrial (…) no disminuía, la producción industrial fue creciendo (…) eso entonces permitía satisfacer las necesidades internas en mejores condiciones, pero cuando se produce acaparamiento es muy difícil satisfacerlos (…) es imposible satisfacerlos porque no se abastece la necesidad de la población sino que tiene que abastecerse una demanda mayor, que es la especulación, eso entra en otra escena de medidas para combatirla, que son más bien de tipo policial o antiespeculativa.”[15] La experiencia Chilena y recientemente la venezolana, nos muestra como estas medidas antiespeculativas son gasolina para la candela del desabastecimiento, entre más se fortalece la regulación de precios, más esquivos son los productos en los anaqueles y con mayor celeridad aparecen los mercados paralelos especulativos.
En el año 2008 se desclasificaron diversos archivos de la CIA, los cuales vinieron a corroborar el papel de Estados Unidos en el ataque a la economía chilena y el cierre desde el golpe militar del proceso democrático revolucionario.
En relación a la intervención del capitalismo global en la crisis y colapso de la Unión Soviética, veamos el discurso de la primera ministra Británica Margaret Thatcher en su visita a Houston en 1991.
La URSS es un país que supone una seria amenaza para el mundo occidental. No me estoy refiriendo a la amenaza militar, en realidad ésta no existía. Nuestros países están lo suficientemente bien armados, incluyendo el armamento nuclear. Estoy hablando de la amenaza económica. Gracias a la economía planificada y a esa particular combinación de estímulos morales y materiales, La Unión Soviética logró alcanzar altos indicadores económicos.
El porcentaje de crecimiento de su Producto Nacional Bruto es prácticamente el doble que en nuestros países. Si añadimos a esto los enormes recursos naturales de los que dispone la Unión, con una gestión racional de la economía, son más que reales las posibilidades que tiene de expulsarnos del mercado mundial.
[…] Por eso siempre hemos adoptado medidas encaminadas a debilitar la economía de la Unión Soviética y a crear allí dificultades económicas, donde el papel principal lo jugó la carrera de armamentos. Por desgracia y pese a todos nuestros esfuerzos, durante largo tiempo la situación política en la URSS siguió siendo estable durante un largo periodo de tiempo. Teníamos una situación complicada, sin embargo al poco tiempo nos llegó una información sobre el pronto fallecimiento del líder soviético y la posibilidad de la llegada al poder, con nuestra ayuda, de una persona gracias a la cual podríamos realizar nuestras intenciones en esta esfera.[16]
Las palabras de Tacher develan la permanente tarea de transgresión en que se empeñan las potencias imperiales. Luego ocultando su papel desestabilizador, los hechos que desencadenaron el colapso de la Unión Soviética fueron presentados al mundo como la incapacidad del sistema para resolver las necesidades más apremiantes de abastecimiento de la población. En contravía a esto, Diversos estudios muestran otra óptica.
Valentina Rushnikova, Economista y exempleada de la comisión agroindustrial del Estado de la URSS, en un artículo publicado el 2011 afirmó: “La escasez en la URSS se creó de un modo artificial”, al respecto dice:
Una de las direcciones fundamentales para exacerbar la tensión en la sociedad fue la creación artificial de problemas relacionados con el suministro de bienes de consumo, en primer lugar, con productos de alimentación. Desde mediados de los 80, en muchas ciudades y núcleos urbanos comenzaron a escasear los productos de alimentación en muchos aparadores de las tiendas, y no solo las exquisiteces, sino también los productos de consumo diario. Era un proceso que iba en aumento de año en año, con la única excepción de la capital, donde la variedad de productos de alimentación se mantenía a un nivel decente.
Así, para los actuales detractores del período soviético, el principal argumento contra el socialismo ─después de la “represión estalinista”─ fue la supuesta escasez generalizada de productos de alimentación y otros bienes de consumo. Sin embargo, esos mismos detractores olvidan mencionar, de manera premeditada, la verdadera causa de esa escasez.
Así por ejemplo, en 1987 el volumen de producción de la industria alimentaria, en comparación con los indicadores de 1980, había crecido en un 130%. En el sector cárnico, ese crecimiento ─en comparación con 1980─ había sido de un 135%, en el sector de lácteos fue de un 131%, en el de pescado de un 132% y en el de derivados de la harina, de un 123%. En ese mismo periodo de tiempo, el crecimiento de la población fue de un 6,7%, mientras que el salario medio en la economía creció de media un 19%. En consecuencia, la producción de productos de alimentación en nuestro país iba muy por delante del incremento de población y del poder adquisitivo.
Por eso solo cabe hacer una deducción: la escasez fue generada de modo consciente, artificial, pero no en la etapa de la producción, sino en la esfera de la distribución. El objetivo era crear tensión social en el país.”[17]
En la misma dirección de Rushnikova, el escritor Serguei Kara Murza en un sistemático trabajo de reflexión y estadísticas sobre la Unión Soviética y su colapso plantea:
Sin poder entrar en amplia argumentación, diré tajantemente: no hubo ninguna crisis económica en la URSS al inicio de la perestroika. Cualquiera puede ver esto en los anales estadísticos. La URSS atravesaba la etapa de una inminente reestructuración de su industria y agricultura, a su ritmo y con sus métodos, y atravesaba esta etapa sin las sacudidas de la Gran Depresión americana. Tardó en entrar en la etapa informática, pero estaba entrando. En eso no hay nada de extraño, el desarrollo tecnológico es actualmente no lineal. Mucho más asombroso es el camino recorrido por la URSS en su desarrollo industrial y científico.
Todos los indicadores corrientes del bienestar también seguían creciendo hasta 1990. Si en la población apareció alguna sensación de crisis, esto fue debido a la insistente campaña de prensa y TV. Un ejemplo : el consumo de leche y productos lácteos en 1989 fue en la URSS de 341 kg por persona (en EE.UU 260), pero un 44 por cien respondieron en la encuesta que consumían, a su juicio, poco. Y donde más se prestó la población a la campaña antisoviética, más amargada estaba la gente. En Armenia, donde los radicales le dieron el primer golpe militar a la URSS, desatando la guerra criminal contra los azeríes, el 62% estaban descontentos de su consumo de leche, que en realidad era de 480 kg por persona. La «opinión pública» creada por la ideología. [18]
La posición oficial de la dirigencia Rusa, la cual lideró el proceso de derrumbe de la Unión Soviética, puede ser apreciada en las reflexiones de Abel Aganbegian, consejero económico de Gorbachov durante la transición. En una entrevista para la revista mejicana “Proceso.com.mx”, Aganbegian plantea la existencia de una profunda crisis:
En el presente año (1990) es ya una crisis general que abarca la producción En los últimos cuatro meses el producto nacional bajó ocialmente en 17%. La cifra real es mucho más alta, probablemente 5%. El sistema de administración económica se derrumbó definitivamente. Hemos perdido el control del sistema productivo En cuanto a los niveles de vida, han estado bajando continuamente durante los últimos tres años.[19]
En la misma entrevista hace una afirmación que llama la atención en relación al alto nivel de compra que tienen los ciudadanos en esta coyuntura, algo contradictorio con el grado de crisis general que desde su análisis existe, veamos:
Sí, tenemos mercado negro y economía-sombra que están creciendo muy aprisa Una situación de carencias está produciendo el mercado negro con precios dos o tres veces superiores a los Oficiales. Por ejemplo, el automóvil Shiguli cuesta 8 ó 9,000 rublos en el mercado oficial, pero en el mercado negro no se puede conseguir por menos de 35,000 Hace cuatro años, la gente no tenía dinero para pagar esos precios, ahora sí.[20]
En contravía a la apreciación de la dirigencia soviética y su red de asesores liberales, Sergei Kara Murza apalancado en las estadísticas económicas y sociales de ese período presenta un cuadro económico diferente. Concluye que de fondo era una élite dirigente urgida por el derrumbe o ruptura total del sistema y modo de regulación existente hasta ese momento, eran portadoras de una intensión y un proyecto que buscaba dar paso a las relaciones capitalistas en todas las esferas económicas y sociales, visión estratégica que coincidía con otros factores de poder incubados en la sociedad soviética, de esta forma se ligaban al oleaje de movilizaciones que se generaron a favor de la liberalización. Sin una estrategia de ruptura dirigida por la élite y factores internacionales, la crisis se hubiera podido conjurar en el marco del sistema. [21]
Lograr el objetivo de movilizar a la población desde una postura rupturista con el sistema, fue un complejo proceso logrado por el hostigamiento económico desde la inflación y el desabastecimiento. La población de manera multitudinaria apoya el proceso de liberalización de la economía – Desmonte del papel interventor del estado en la economía, libertad de propiedad privada, liberación de precios, elevación de tasas de interés, etc – pero igualmente asistió anestesiada al desverebramiento del estado social y la garantía de los derechos sociales Al respecto Kara Murza nos dice:
Hay un misterio en la manera en qué grandes masas de personas observaban con absoluta indiferencia cómo se les quitaban logros sociales por los cuales los trabajadores occidentales están luchando durante siglos sin esperar alcanzarlos. Supongamos que por algo se hayan embrutecido los soviéticos y no le importaba ya el derecho a la enseñanza gratuita de todos los niveles – no sólo gratuita sino apoyada por becas prestadas universalmente-, nadie se interesó siquiera por los artículos de la constitución de Yeltsin y de la nueva Ley de enseñanza donde se eliminaba este derecho. Pero ¡la cosa tan terrenal y evidente como el derecho a la vivienda gratuita! En el proyecto soviético éste se consideraba un derecho inalienable (como parte del derecho a la vida)[22]
La anterior incoherencia planteada por Kara Murza, se explica en el papel de los indicadores directos sobre los indirectos. Los directos, o referidos a condiciones de afectación cotidiana como inflación, desabastecimiento, servicios públicos domiciliarios o seguridad, tienen una conexión instantánea con la dimensión psicológica de malestar. No importa que existan otros indicadores indirectos o estructurales como cobertura de salud, educación, pensiones, vivienda, la psicología colectiva los normaliza, es decir, los incorpora como elementos propios de su realidad que no cree se verán afectados con un cambio total de sistema. El papel de estos indicadores directos se maximiza si, como afirmó la primera ministra Británica Margaret Tacher: […] “Por eso siempre hemos adoptado medidas encaminadas a debilitar la economía de la Unión Soviética y a crear allí dificultades económicas”.
Es claro que los juegos de desestabilización económica están instrumentalizados políticamente para revertir los procesos que desafían la hegemonía del capital mundial. El desarrollo de la economía del comportamiento, trae un abanico infinito de técnicas de contrarrevolución. Son innumerables los errores propios en las economías de la transición revolucionaria, pero estos errores, sin la existencia de factores de desestabilización se tramitarían desde el eje de la reforma no de la ruptura.
Los ataques a las economías de la transición revolucionaria son complementados con dispositivos globales de descrédito y deslegitimación, logrando que la opinión pública global e incluso los intelectuales y militantes de izquierda del mundo, crean que la recurrencia a la explicación de la crisis económica con base en los factores de desestabilización externa, son un pretexto para no encarar los verdaderos problemas. No se identifica ni en mínimo grado el papel estructurante en las crisis de la estrategia de contrarrevolución, “Esta casa ardió porque era de madera -y eso que alguien, a quién no le gustaba esta casa, le echó gasolina y prendió fuego, es cosa secundaria-.”[23]
La razón para que los juegos de guerra económica logren sus objetivos, obedece a factores del orden global del capitalismo, el cual en su fase monopólica y financiarizada crea una gran vulnerabilidad para cualquier política soberana en el orden monetario y económico nacional, crea condiciones excepcionales para que la contra revolución asfixie cualquier experimento de desafío en clave de ruptura nacional o anticapitalista. En el siguiente apartado profundizaremos sobre esto.
[1] Schiller Robert. Exuberancia irracional. Ediciones Deusto. 2015. Ver también el libro “Economía Narrativa: Cómo las historias se hacen virales y dirigen grandes eventos económicos. Ediciones Princeton University.2019
[2] Thaler Richard. Todo lo que he aprendido con la psicología económica. Ediciones Deusto, 2015
[3]Thaler Richard H., Premio Nobel de Economía 2017. Diario el País: https://elpais.com/economia/2017/10/09/actualidad/1507532364_821806.html
[4] Quién es y cómo piensa Richard Thaler, el nuevo premio Nobel de Economía. www.lanacion.com.ar: https://www.lanacion.com.ar/economia/quien-es-y-como-piensa-richard-thaler-el-nuevo-premio-nobel-de-economia-nid2070692
[5] Keynes John Maynard. La Teoría general del empleo, el interés y el dinero. Ediciones Fondo de Cultura Económica.
[6] Ibid Pg 123
[7] Ibid Pg 134
[8] Kahneman Daniel. Pensar rápido, pensar despacio. Editorial Farrar, Straus&Giroux.2011.
[9] Alvin y Heidi Toffler. Las guerras del futuro (1994). Ediciones Plaza & Janes.
[10] Snapchat pierde 1.300 millones de dólares tras un tuit de Kylie Jenner. CNN en Español. 23 Febrero, 2018. Disponible en: https://cnn.it/3hWnkuJ
[11] Ingenuo solo en apariencia, hay demasiados intereses en Snap como empresa y tecnología en ascenso y su potencialidad para desplazar a Faceboock como líder en redes sociales. Ya durante el año 2017 Snap había rechazado vender todas sus acciones a Faceboock por el valor de 3.000 millones de dólares.
[12] El ataque de Soros que «desangró a Inglaterra»: https://www.dineroenimagen.com/2016-08-12/76730
[13] Ibid
[14] Fazio Hugo: Desabastecimiento en Chile fue producto de la especulación: https://www.telesurtv.net/opinion/Hugo-Fazio-Desabastecimiento-en-Chile-fue-producto-de-la-especulacion-20150126-0029.html
[15] Ibid Pg 4
[16] Margaret Thatcher, discurso en su visita a Houston Texas en 1991: https://www.youtube.com/watch?v=e4MSJ7CvxXo
[17]Rushnikova Valentina. La escasez inducida en el fin de la URRS. Disponible en: https://bit.ly/35XAWDD
[18] Kara Murza Sergei Serguei Y Ortiz, Antonio Fernández.. (2007) El libro blanco de Rusia: las reformas neoliberales: 1991-2004. Ediciones de Intervención Cultural / El Viejo Topo.
[19] Entrevista a Abel Aganbegian, consejero de Gorbachov. 7 Julio, 1990. En Proceso.com.mx.
[20] Ibid
[21] Kara Murza Serguei. Que le ocurrió a la Unión Soviética? Ed Gerónimo de Uztariz, n° 9/10, 1994.
[22] Ibid Pg 14
[23] Opcit Kara Murza Pg 20